El 1 de enero, un hombre se presentó en la casa de un vecino de San Cayetano para pedirle que bajara la música. La discusión fue subiendo de tono hasta que sacó un arma de fuego y comenzó a disparar. Hirió mortalmente a una mujer embarazada cuya hija murió después de nacer y lesionó a la hermana y al padre de la víctima. El sábado pasado por la noche, en la plaza de Villa Chicligasta, hubo una especie de duelo criollo donde murió un hombre luego de haber recibido una puñalada. Esos fueron el primero y el último homicidio que se registraron en este enero. Un mes que marcó un récord: con 13 hechos, nunca hubo tantos homicidios desde 2015, año en el que comenzaron a contabilizar los crímenes y, con seguridad, sería el más sangriento de la historia.

El número es mucho más fuerte si se tiene en cuenta que el año pasado se contabilizaron apenas 6, es decir más del doble. También tuvo un incremento de casi el 20% con respecto a los años 2018 y 2019, que con 12 casos, marchaban al frente como los más violentos.

La violencia intravecinal ha generado la mayor cantidad de crímenes en lo que va del año: 7. En segundo lugar se ubican los homicidios en situación de robo con cuatro y, por último, los femicidios con tres. Los funcionarios del área de Seguridad se dieron cuenta del problema y crearon una mesa interministerial para buscar una solución al problema. “Se decidió convocar a una reunión una vez al mes mientras seguimos  trabajando de manera conjunta entre los ministerios y los distintos organismos del Estado. Se definió un área que se encargará de recopilar los datos que registran la cartera de Salud y la Policía con el objetivo de unificar toda la información y luego llevárselas a la reunión de los ministros, quienes son los que tomarán las decisiones teniendo de base el trabajo territorial, de investigación y análisis que realizan los integrantes de esta mesa”, explicó Mariela Martín Domenichelli.

Inseguridad

En medio de tantas estadísticas, hay un número que lleva cierto alivio a los responsables de Seguridad. Pese a la gran cantidad de crímenes, los llamados de la inseguridad son bajos con respecto a años anteriores. Al igual que el año pasado y en 2016, hubo un solo tucumano que fue asesinado en un robo. En 2019, se contabilizaron 3, en 2018, 2, en 2017, 4 yen 2016, 3. “Parecieran que esos números son irreales teniendo en cuenta lo que pasa en la calle. Que no haya tantos muertos en robos no significa que estemos bien”, explicó Lucero Herrera, estudiante de la carrera de Derecho.

“No me sorprende para nada que los tucumanos maten a las personas que les roban. Eso tiene que ver con el hartazgo de vivir en una provincia donde pareciera que los delincuentes hacen lo que quieren. Rechazo totalmente esos hechos, pero entiendo muchos que lo hacen”, opinó Pedro Jiménez, empleado de comercio. En este primer mes de 2021 hubo dos casos de los mal llamados “justicia por mano propia”. Dos jóvenes fueron ultimados, según los investigadores, después de haber cometido un robo en el mismo barrio que habitaban. El año pasado no se registró ninguno y, en 2019 hubo cuatro, que fue la cifra más alta de los últimos siete eneros.

Hubo un solo caso, como en el 2018, que un supuesto ladrón fue abatido por la Policía. En esta oportunidad, el fallecido ingresó a la vivienda del uniformado mientras dormía. Se produjo una pelea y el efectivo le disparó al intruso. La Justicia decidió no imputarle ningún delito por entender que había actuado correctamente.

Históricamente, el Centro Judicial Capital atendía el 95% de los casos de homicidios. De ese número, más del 85% se registraban en la capital de la provincia. En este enero, la tendencia se mantiene a nivel provincial, ya que sólo un crimen se produjo en el ámbito del Centro Judicial de Concepción. Sin embargo, se fueron ampliando los lugares en donde se registraron homicidios. En San Miguel de Tucumán hubo ocho hechos. Los otros se produjeron Las Talitas (2), San Pedro, Yerba Buena y Bella Vista.

San Cayetano (jurisdicción de la seccional 4ª) ha sido la más violenta en los 31 días que pasaron: se contabilizaron cinco homicidios, es decir, más del 50%. “Y aquí no puede pasar otra cosa más que esto. Hay mucha droga y los jóvenes que están metidos trabajan para los transas o se dedican a robar. Es así. Aquí nadie nos protege ni nos ayuda”, comentó un resignado Víctor Hugo Plaza.